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Tinta s.p. 28×36
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oleo s.t. 16×16
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Tinta s.p. 28×36
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Tinta s.p. 20×28
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Torero oleo s.t. 55×46
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Tinta s. p, 28×36
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Tinta sobre papel 28×36
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Tinta s. p. 20×28
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oleo s.t. 16×16
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oleo s.t. 55×46
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Tinta s.p. 20×28
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Tinta s. p. 28×36
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Tinta s.p. 20×30
LA TAUROMAQUIA DE GUERRERO MEDINA
Otra gran Tauromaquia nace en el siglo XXI,la de JoséMaríaGuerrero Medina, un jienense de la Guardia, pronto trasladado a Barcelona. Pintor, dibujante, escultor, grabador, de dilatada y premiada trayectoria. Que de joven era aficionado a los toros, y gustaba de tomar apuntes enla Plaza. Erala época de Ordóñez, Luis Miguel, Bienvenida, Puerta, Camino, El Viti, El Cordobés……. Y que como él mismo confiesa, poco a poco fue aburriéndose hasta dejar de ir a las Plazas. A pesar de ello, su afición en estado latente, le llevó a realizar dos óleos en 1987, representando dos bustos de toreros, al igual que otro en bronce. Hasta que en septiembre de 2010 alguien le convenció para acudir a la Monumental de Barcelona a ver a José Tomás.
Fue tal el impacto que recibió contemplando las dos faenas de José Tomás, que según cuenta, pasó la noche en vela intentando plasmar con el pincel, solamente negro sobre blanco, todas las emociones experimentadas esa tarde. Son un gran número de dibujos, de trazo muy simple, que recuerdan sorprendentemente la tauromaquia de Picasso por frescura, movimiento, y captación de la suerte en cada momento.
Estos dibujos pronto se convirtieron en una primera tauromaquia consistente en una serie de unos 70 óleos sobre tabla de pequeño formato, de enorme fuerza y colorido, en los que Guerrero consigue relatar toda la secuencia de la corrida, toda su liturgia, desde la parte coral del despeje de plaza por los alguacilillos, el paseíllo, la suerte de varas, hasta la parte más intimista de los lances con el capote, o la faena de muleta: solos toro y torero, tauromaquia pura, enmarcados íntimamente por el albero de la plaza, sin más protagonistas que distraigan la escena.
Y finalmente, el último paso. Una tauromaquia, que es la que presentamos, 12 láminas, aguafuertes al azucar, trabajando directamente sobre la plancha de cobre, buscando y consiguiendo el mismo trazo fresco, espontáneo, luminoso, de los anteriores dibujos y óleos. Siguiendo los cánones clásicos de las anteriores tauromaquias de los siglos XIX y XX, en ellas se refleja todo el orden dela corrida. Paseíllo, salida desafiante del toro, el toro engallado frente al matador, la verónica, el recorte con el capote, y la faena de muleta: el cite, el ayudado por alto y por bajo, el natural, el pase de pecho. Cuatro trazos, cuatro manchas, le bastan a Guerrero, para describir la compenetración del hombre y el toro, la plástica, y la gracia del momento. No se puede lograr más, con menos. Solo se puede conseguir desde el sentimiento, la emoción, y unas enormes dotes artísticas. Nuevamente una gran tauromaquia en el Siglo XXI, en Cataluña, algo que los aficionados al Arte, a la pintura taurina y a la Fiesta más Grande que parió la Historia de la Humanidad, agradecemos inmensamente a este gran artista que es José María Guerrero Medina.
Fragmento del texto sobre la tauromaquia de Pio García Escudero. Madrid 2011